Se ha codeado con todos los grandes: Cicerón (muerto), César (muerto), Marco Bitinio (gagá), Craso (muerto)… Y él, con sus altibajos, aún se mantiene. Los tribunos creen que igual es momento de que se retire, pero nadie, a excepción de Gabinio, se lo dice. Y a Valeria le viene bien que siga en activo.
“Nunca he sido feliz aquí... A mí, la vida castrense, que tanto le gusta a la gente, a mí no... Yo nunca quise ser soldado. ¿Te he contado que tenía un huerto en Roma? Me acuerdo todos los días de aquellos melocotones…"
(Cneo Valerio a su nieta Ática)