De los cuatro tribunos, es el que dice las cosas como son, pese a quien pese. Le gustan el vino y la guerra, por ese orden. Envidia a un hermano suyo que está a punto de entrar en combate en Accio. Él se ve aquí, en el culo del mundo, con un general que no está a lo que está… En lo personal, no le ha ido muy bien: se le murió un hijo, le dejó la mujer, se le quemó la casa…
“¡No estarán hablando de mí!Porque saco la espada y me quedo solo, vamos”.
El tribuno Gabinio, como es de esperar, acaba mal.