En una Roma en la que todo son intrigas, conjuras y maquinaciones, Domicia es lo más parecido a una amiga de la familia, aunque sea esclava, duerma en el suelo y coma sobras. Pero se entiende con Ática a las mil maravillas, cosa que no puede decir su madre. Junto a Corbulón, forma el círculo de confianza de Valeria.